martes, 7 de mayo de 2013

YO, EL PRESIDENTE: UNA NOVELA QUE HACÍA FALTA



Es una novela que narra los últimos meses de gestión de un presidente. Un militar de alta inteligencia se aproxima a él para informarle que le han ordenado eliminarlo, así arranca la narración, en la que un agente investiga quién ordenó matar al Presidente y el primer mandatario diseña las políticas que podrían mantenerlo en la presidencia hasta que su gestión marque una hito en la convulsionada historia de un país política y económicamente inestable. Yo, el Presidente, escrita por Victor H. Romero y publicada por la Editorial 3600, es una novela policial que aplica con rigor las herramientas literarias propias de este género y que se convierte en una narración necesaria que retrata fielmente el periodo democrático. Se la puede encontrar en todas las librerías del país.

VICTOR H. ROMERO, UNA MIRADA CRÍTICA DESDE EL PERIODISMO HASTA LA LITERATURA



Víctor H. Romero, nació en La Paz, Bolivia en 1974. Ha incursionado en el campo literario desde muy joven. Empezó con la poesía, publicando varios poemarios: Estoy Cansado, Poemas para un álbum pornográfico, entre otros.

En cuento, varios de sus trabajos se han reproducido en revistas, suplementos literarios y antologías de distintos sellos editoriales del país. En literatura infantil publicó Mauricia y el Cazarecompensas y junto con Manuel Vargas la narración ilustrada de Cochabamba La Llajta y su fantástica historia. También ilustró varios libros de la literatura boliviana.

Ha expuesto sus trabajos en diversas galerías del país. Su obra en humor gráfico ha sido reconocida publicándose en periódicos y libros especializados. Es autor del cómic oficial que narra en clave animé la vida del Presidente Evo Morales, novela gráfica de distribución gratuita que alcanzó los sesenta mil ejemplares.

Incursionó con éxito en el campo de la comunicación publicando crónicas y ensayos en distintos libros. Tiene cerca de diez años de práctica periodística en prensa escrita, televisión y digital como reportero y jefe de prensa. Es columnista en distintas revistas y periódicos nacionales.

Actualmente dirige su empresa de servicios en comunicación estratégica, produciendo varios documentales de historia contemporánea: “Cacería, racismo en Sucre”, “Evo, biografía animada”, “¡Nunca de rodillas!” y “UJC: Grupo de choque”.

NOVELA POLICIAL COMO REFLEXIÓN DE LA ADICCIÓN Y ENFERMEDAD DEL PODER



Claudio Ferrufino-Coqueugniot, Escritor

Yo, el presidente, de Víctor H. Romero, comienza como una novela que se nutre de la realidad política actual. En un momento, su personaje presidencial parece ser el alter-Evo. Vale como práctica literaria la aprehensión de lo que se necesite para hacer un objeto de arte. Y el momento boliviano es ideal en la elucubración de ideas respecto del poder y sus alcances. Buena parte de la obra pasa en ello, en las reflexiones de uno u otro, sobre el tema. 

El presidente y su entorno, con matices acentuados en un par de personajes cercanos; un policía y la soledad del suyo, con su trabajo, investigación y la perspicacia para desentramar un supuesto magnicidio que se va gestando. El libro irá en péndulo entre los dos, el mandatario y el investigador, para darnos como resultado un inesperado fin que decora este libro de inteligencia y humor negro, cosas, ambas, indispensables para el ejercicio del poder. En el detalle de este monólogo a dúo más que político, gobernante, se irán diseccionando los vericuetos del arte, o la mentira, de mandar.

En principio el lector creerá que el autor lo guía hacia tendenciosas páginas que ocultan un pronunciamiento al menos sentimental sino ideológico; se equivoca, es parte del divertimento. Como a mitad del libro la investigación del posible asesinato del presidente avasalla el antecedente del discurso sobre mando, situaciones económicas, voto popular, ambiciones, etc., parte que no podemos desdeñar ya que sin ella el epílogo carecería de sentido. 

Novela policial tanto como reflexión de la adicción y enfermedad del poder. La realidad no siempre es la que se ve, suele esconderse. El novelista recurre a la ficción para desnudarla y, por qué no, incluso desencadenarla para alivio nuestro.

NOVELA CORTA PERO INTENSA, PRODUCTO DE UNA BUENA Y SEDUCTORA HISTORIA



Homero Carvalho Oliva, Escritor

“La gente cree que ser presidente del país es hacer historia, no es así, simple y llanamente significa ser parte de una larga fila de nombres y personajes a los que el tiempo fue calificando como imprescindibles, luego prescindibles y finalmente innecesarios.

En esa lista está mi nombre, grabado en oro”, dice el protagonista de la novela Yo, el presidente, de Víctor H. Romero, una novela corta pero intensa, producto de una buena y seductora historia.

Escrita en breves capítulos que se dejan leer de una sentada, en esta obra el humor político de fina hechura es la atmósfera que sostiene un tejido que hilvana lugares comunes de la vida política nacional con la historia de un presidente que es amenazado de muerte y que desconfía de su capacidad tanto de seducir al pueblo como de gobernarlo.

La pregunta que el lector se hace al leer la primera frase que cité, es si este presidente hará historia y Víctor H. Romero va respondiendo a esa interrogante como si estuviera armando un rompecabezas en el que la última pieza es la clave de esta intrigante urdimbre.