Cecilia Di Marchi, Escritora
¿Qué hace que una persona ansíe
llegar al poder? ¿Qué le pasa por la mente? ¿Realmente cree que puede tener un
destino de líder, de mártir, de mesías? ¿Un hombre puede hacer la diferencia en
un país inestable? El libro “Yo, el Presidente”, de Víctor Hugo Romero, se pone
a indagar qué pasa por la mente del mandatario del país. Un presidente que pudo
ser cualquiera de los que tuvimos o tendremos.
Un hombre que se encuentra en el
poder, que lo detenta, debe negociar con su pueblo para lograr un cambio
–aunque por supuesto, si es para bien o para mal, es otra historia. Es, de hecho,
la historia: una suma de pequeñas decisiones y de grandes cataclismos. Pero,
¿es posible lograr el cambio que se espera?
Un juego de poder. Después de dos
elecciones, la imagen del presidente está desgastada. Todo el tiempo hay un
malestar entre la gente, y a pesar de que siguen esperando que algo cambie, al
mismo tiempo temen cualquier transformación. “Quien más le teme al cambio es
aquel que siempre lo pide”, reflexiona el presidente. En este contexto, en
medio de un país en crisis y conflictos continuos, se sabe que hay un complot.
¿Quién quiere matar al presidente? O, mejor, ¿quién no quiere hacerlo?
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